El 27 de septiembre, el mundo celebra el Día del Turismo. Una fecha que nos recuerda que viajar no es solo conocer destinos, sino también conectar con culturas, personas y sabores que transforman cada experiencia en un recuerdo para siempre.
En un lugar como Machu Picchu, el turismo adquiere un significado especial: no todos tienen la oportunidad de estar frente a una de las maravillas del mundo. Por eso, cada visita merece ser vivida con profundidad, con quienes pueden darle vida a la historia y con espacios que prolonguen esa emoción más allá de la montaña.

Los guías: narradores de la maravilla
Detrás de cada visita a Machu Picchu está el trabajo de los guías de turismo, verdaderos guardianes de la memoria andina. Ellos no solo muestran caminos: interpretan símbolos, cuentan las historias de nuestros antepasados y hacen que el visitante entienda que está caminando dentro de una cultura viva.
Gracias a su dedicación, el viajero no solo ve una postal, sino que descubre el sentido detrás de cada piedra y la grandeza de una civilización que aún inspira al mundo.
Mapacho: donde la experiencia continúa
En Mapacho reconocemos esa labor y la celebramos. Muchos guías nos eligen como el lugar para cerrar la jornada, porque saben que aquí el viaje no termina: continúa en la mesa.
Somos un portal del sabor andino, donde la Pachamama se transforma en platos que reúnen lo mejor de nuestra tierra: ceviches, carnes, arroz con mariscos, cervezas artesanales peruanas y recetas que hablan de origen y autenticidad. Todo con vistas al río Vilcanota, en un ambiente diseñado para disfrutar, compartir y brindar.
El turismo que deja huella
Viajar no es solo moverse: es dejarte tocar por un lugar y llevarte parte de él contigo. En este Día Mundial del Turismo, celebramos a quienes hacen posible que Machu Picchu sea una experiencia completa: a los guías que transforman la historia en relato y a los viajeros que se abren a descubrirla.
Porque un destino como este merece más que una visita rápida: merece un cierre que honre lo vivido. Y en Mapacho, cada plato, cada brindis y cada sonrisa son parte de esa huella que el turismo deja en tu memoria.